domingo

Sabía que iba a ir allí.

Gin pasó por la ventana del sótano, y poniéndose sus zapatillas de deporte, abrio la ventana apenas el espacio suficiente para dejar caer una bolsa dentro. Llevaba un chandal de adidas classic, la marca de los breakers como quien dice.
Se perdió en el recuerdo de la mirada de Fran, ese tio de segundo de bachillerato que la traía loca, de sus ojillos marrones y de su trenzita en la nuca.
Pero ese duró poco. De repente su mirada se oscureció y a su mente vino la imagen de su mejor amiga, y de la cara que había puesto justo antes de que ella saliera de su casa dando un portazo.
Notó como el móvil vibraba en su bolsillo, pero lo ignoró. Siguió corriendo la calle abajo, y se paró justo frente al metro, ese que tanto le había gustado, la estación de Adrienne. Esa que tenía los planetas del sistema solar colgando por ahí por el techo, y que tanto le había fascinado aquel día.
Se dejó ir, pasó de largo.

Adrienne se quedó parada en la puerta del sotano. Desde allí estaba viéndola, y sabía que era lo que contenía. El lila de las zapatillas se dejaba entrever en lo blanco de la bolsa. No las cogió, simplemente se acercó a la ventana, la dejó abierta y salió de casa conjuntada con ropa deportiva.
Supuso que ella habría hecho lo mismo.
La lluvia la pilló de improvisto. Paró justo al otro lado de la calle, desde allí podía ver el metro en el que se había parado su amiga apenas diez minutos antes. Sabía, de más y de sobra que lo había hecho. siempre lo hacia.
Probó suerte con el móvil, pero nada, ella seguía sin contestar.
Acabó entrando en el Starbucks de siempre a por un café bien cargado y un croissant que le quitara el mal sabor de boca.

sábado

MEL & AN

Nunca dudé de que tu y yo eramos diferentes, pero que no estabamos hechas para ser amigas eso, eso es distinto, somos como.. como dos calles paralelas que al final se unen en una gran calle, llamada AMISTAD. Soy una inmadura que no vale la pena, y tu, tu demasiado madura para mi. Una niña caprichosa supongo, pero tú no eres un capricho, eres mi amiga, mi mejor amiga. Y te quiero, te quiero como a mi hermana, o más quizá. Te necesito y te adoro como nadie.. Y quiero que todo se arregle, porque no merece la pena nada sin ti.

viernes

ESTA ES TUYA ANA.

No va a tener nada que ver con la historia que aqui contamos, entre dos.
No. Hoy voy a hablar de que seguramente estas palabras hayan perdido todo el sentido, y que hayamos mentido tanto, en cada una, que al final, hasta resultará cómico.
La amistad no dura para siempre. No, no. Pero sobretodo, a mí no me dura para siempre con gente como ella. Y a ella no le dura para siempre con gente como yo. Porque yo soy orgullosa y cabezona, pero la madurez la llevo en la sangre.

Leelo, ani, que es tu blog.

lunes

-Gin, no seas cabezota.
-¿Cabezota? Llevo días pidiendote que lo hagas y no puedes, tardas poquísimo.
-Lo siento, joder.
-No, no lo sientas.
Dió un portazo y salió de casa de Adri. Llevaba las preciosas vans moradas que Adri la había prestado, encendió un cigarro y se sentó en la acera pensando sin pensar.
¿Merecía la pena perderlo todo por.. un simple enfado? Para Adri, Gin era todo y aun más, porque era su hermana mayor, su amiga y su confidente. La necesitaba mucho, la quería, la adoraba.
Salió despacito y se sentó a su lado, mirandola de reojo.
-Lo siento, G -ella suspiró y la miró.
-Estás perdonada pequeña.
Se abrazaron muy fuerte y se miraron, sonriendo. Una amistad para siempre.

domingo

Cada cual iba a lo suyo, y ellas por la calle, como unas locas, corrian de un lado a otro. NIÑAS PEQUEÑAS, gritaban por ahí, y con un corte de manga conjunto, volvían a echar a correr.
Ah...que bonita era la amistad, al menos cuando se recuperaba, o cuando aún no se había perdido.
-Adrienne, me tienes harta.
-¿Pero qué he hecho?
-Es que eres lo peor, solo sabes estropear las cosas, macho.
-¿Pero qué...?
La línea se cortó antes de que su amiga terminara de hablar, y con la impotencia ardiendo bajo sus venas, golpeo los puños sobre la mesa.