domingo

Cada cual iba a lo suyo, y ellas por la calle, como unas locas, corrian de un lado a otro. NIÑAS PEQUEÑAS, gritaban por ahí, y con un corte de manga conjunto, volvían a echar a correr.
Ah...que bonita era la amistad, al menos cuando se recuperaba, o cuando aún no se había perdido.
-Adrienne, me tienes harta.
-¿Pero qué he hecho?
-Es que eres lo peor, solo sabes estropear las cosas, macho.
-¿Pero qué...?
La línea se cortó antes de que su amiga terminara de hablar, y con la impotencia ardiendo bajo sus venas, golpeo los puños sobre la mesa.

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