jueves

14.07;

Cuando Ad volvió a casa aquella tarde una pila de cajas esperaba en su portal. Se sorprendió demasiado pero creyó que sería de la pareja mayor del ático. Una mujer, guapa y de sonrisa perfecta, intentaba abrir la cancela pero aquello se resistía.
-Má, ¿Puedes abrir? -Adri escuchó su voz, esa que tanto esperaba y necesitaba oir.
-¿Gin? -La muchacha con trenzas asomó la cabeza por detrás del coche, al verse sonrieron y se abrazaron con tal fuerza que mataba distancias.
-¿Qué haces aquí? -consiguió balbucear Adrienne.
-Nos mudamos.
-¿Cómo?
-Ahá.
Se volvieron a abrazar, sonriendo aun más.
Catorce del siete del dosmilnueve.

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